miércoles, 28 de enero de 2009

El Patio resiste

El EPA Patio Maravillas, propiedad de un procesado por tráfico de influencias, no es "uno más". O sí lo es. En pleno barrio de Malasaña, ubicado curiosamente en la calle del Acuerdo (que así sea), el no desalojo del Patio ha supuesto un salto cualitativo para los medios de comunicación de la capital y de todo el país.

Hasta ahora, los desalojos de locales ocupados se han dibujado en los medios de comunicación
como legítimas y victoriosas operaciones policiales, como si de dispositivos antiterroristas se tratase. La semana pasada se anunció el desalojo del Patio Maravillas para el jueves día 22, y cuál fue la sorpresa de los empleados judiciales hasta allí desplazados cuando vieron a medio vecindario apostado en la puerta para impedir el paso de los agentes, cuando alzaron la vista y vieron los balcones llenos de carteles en los que se reclamaba que "El Patio no se cierra".

Y se fueron por donde vinieron. Aunque volverán...

En el Patio Maravillas se hacen talleres de fotografía, informática, y reparación de bicis; se ofrece un servicio de asesoramiento jurídico para inmigrantes y clases de castellano; hay un mesón y una cafetería, y los vecinos han dado ya su veredicto: están con el Patio, necesitan el Patio y los servicios que en él se prestan. ¡El Patio no se cierra!.
Los medios lo han dado también, mostrando un lugar abierto, intercultural, donde los vecinos pueden desarrollar sus habilidades artísticas, aprender idiomas o asesorarse sobre trámites legales o realajarse en la cafetería y el mesón, los "espacios de socialización".

Mi más sincera enhorabuena a la gente del Patio y, sobre todo, a los vecinos que, sin prejuicios, han sido capaces de valorar las cosas por lo que son y no por lo que nos hacen creer que son. Ya era hora de que la gente de la calle plantase cara a tanta injusticia, a tanto sinsentido. El Patio no se cierra.

martes, 30 de diciembre de 2008

Fiesta de Telefónica en Campillo de Ranas

Parece que, como en otro tiempo lo fue el desierto almeriense, Guadalajara se ha puesto de moda en el mundo audiovisual, convirtiéndose en escenario de películas, anuncios y vídeos musicales de todos los estilos. Recuerdo la ilusión que me dio reconocer la calle Mayor de Guadalajara en el videoclip "Calle la pantomima" de Melendi; me suena que también algún anuncio de Ono discurría entre abrazos por la parte alta de la calle Mayor de la capital; la inconfundible guardería con cristales de colores del anuncio del Dacia Logan con la música de Loco Mía; la discoteca Cuatro de Yunquera en Torrente y La Máquina de Bailar; el Campisábalos de Flores de Otro Mundo de Iciar Bollaín sobre las caravanas de mujeres, y tantas y tantas escenas en la mítica puerta verde de la Prisión Central de Guadalajara...

Estas navidades ha sido Telefónica quien ha decidido ambientar su último anuncio en tierras guadalajareñas. No les ha faltado buen gusto, todo hay que decirlo, a la hora de elegir el sitio, y se han desplazado hasta el idílico Campillo de Ranas para grabar su anuncio del ADSL de 6 megas. Curioso, lo han hecho en una comarca en la que la velocidad máxima de conexión es de 56Kbs. A los periodistas y blogueros de Guadalajara no les ha faltado tiempo para criticar hasta la saciedad ésto que casi parece recochineo. Celebro la fiesta en Campillo pero... si quiero enviar las fotos del festejo en un tiempo razonable, me tengo que ir a 50 kilómetros... ¡Tiene narices!.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Guadalajara, destino turístico

Como cada semana, al montarme en el tren, abro mi ejemplar de Nexotur ("Periódico profesional de la nueva agencia de viajes", como ellos mismos se denominan) y me sorprendo al ver en página 2, el titular "La fortaleza de Guadalajara como destino turístico". Los pelos como escarpias, oye.

Se trata de un artículo de opinión de Isabel Nogueroles, concejala de cultura y turismo del Ayuntamiento de Guadalajara.

Devoro el artículo por lo insólito, y me encuentro un publirreportaje en el que se desgranan los encantos de la capital de la provincia. Un breve recorrido por el Infantado, Palacio de la Cotilla y Panteón de la Condesa de la Vega del Pozo, una mención al Cuentacuentos, el Tenorio Mendocino y el Solsticio Folk, hueco para hablar (completamente apropiado para un periódico cuyos lectores son básicamente agencias de viajes) sobre la oferta de alojamientos de la ciudad, sin olvidar la gastronomía. En definitiva, un artículo muy completo, en el que, por criticar, diría que echo en falta la imagen de la ciudad como un trampolín para conocer los encantos de la provincia (que podría ser un buen gancho de visitantes) y, por rizar el rizo, que habla de Guadalajara como "capital de la Alcarria". Seguimos liándonos. Por lo demás, impecable. Me alegra ver que Guadalajara deja de pasar desapercibida, al menos por esta vez.

lunes, 3 de noviembre de 2008

¿Es que el castellano no es lo suficientemente rico?

Cada día descubro, escuchando la radio, leyendo el periódico, y especialmente en mi trabajo, una tendencia, vicio, costumbre absurda, que se extiende como un virus, haciéndome a veces reír por lo ridículo de las situaciones, y otras muchas enfadarme por el atentado contra nuestro idioma que suponen.

Se trata de, de manera aleatoria, sustituir términos que en castellano cuentan con sus términos propios por otros en inglés, que significan exactamente lo mismo, por el mero hecho de que suena más moderno, más cool (dicho en su idioma)... en fin, he de decir que desconozco el motivo por el que se hace.

Soy consciente de que en algunas ocasiones es prácticamente imprescindible el uso de términos en inglés, debido a que se han generalizado en nuestro día a día. No se me ocurriría reírme si alguien utiliza la palabra marketing ó el término bus, ya que sus traducciones al castellano no se han utilizado prácticamente nunca, y de hecho podrían resultar incluso confusas.

Curiosamente es en el ámbito empresarial donde más se practica este hábito, especialmente si hablamos del mundo de la tecnología. Un compañero mío hablaba hace poco de que tenía que hacer un match entre la base de datos antigua y la actual. Y le dije yo... ¿por qué no "cruzar", que significa lo mismo?. Lo curioso es que en algunos casos, como este, incluso se llega a utilizar la raíz inglesa conjugando el término en castellano. Esto nos lleva al verbo "matchear": yo matcheo, tú matcheas, él matchea...

En otra ocasión, se hablaba de hacer llegar un obsequio a ciertos clientes o proveedores. Estábamos en la fase inicial de la idea cuando alguien preguntó "¿Y qué vamos a regalar?". La respuesta que recibió fue "Realmente no es un regalo, sino un gift". Ah... ahora ya me queda más claro.


Pero la gota que colma el vaso está en esa gente, gurús (o eso creen ellos) de la comunicación, que crea dentro de cada frase una fusión que volvería loco a cualquier traductor simultáneo, en la que el castellano y el inglés conviven casi a empujones. Hace poco, vi en una presentación esta frase: "La reason why de este proyecto es convertir nuestra marca en el top of mind de los heavy users". Y no lo puedo evitar... me da la risa, y automáticamente después pienso "¿No será más sencillo decir que el objetivo del proyecto es convertirnos en la marca de referencia para los usuarios avanzados?.

En fin... una pena que con lo rico que es nuestro idioma, el castellano, lo disfrutemos tan poco.

lunes, 27 de octubre de 2008

Los abuelos y los hijos

Estoy leyendo un libro de Leguineche: El club de los faltos de cariño. Me apasiona la manera que tiene Leguineche de mezclar, en un sólo título, experiencias en conflictos de países lejanos y breves crónicas costumbristas. Me gusta más aún porque muchos de sus párrafos hablan de Brihuega, de Trillo, de Cañizar, de la campiña guadalajareña. Me gusta El club de los faltos de cariño porque, si el señor Leguineche me permite la comparación (que tampoco creo le perjudique) la manera de estructurar el libro se parece mucho a un blog: mezcla temáticas muy diversas, no tiene establecida una duración determinada para cada epígrafe, retoma, amplía y complementa, al final del libro, temas tratados al principio.

En uno de los primeros "capítulos", titulado "Elías", en el que habla de un amigo campiñero que se lamenta por la escasa orientación a los estudios de su hijo, Leguineche dice una frase que, aquí sentada en mi vagón del metro, entre Diego de León y Avenida de América, me arranca una sonrisa de ternura.

"La razón por la que los hijos y los abuelos se llevan tan bien es el enemigo común"

A lo mejor al enemigo no le haría tanta gracia la frase.

Pero a mi me recuerda los larguísimos veranos en Gajanejos, con mi abuelo Julián y mi abuela Julia. Era genial cuando llegaba el domingo y la casa era toda nuestra, de mis abuelos y mía. Cuando mi abuela decía: "vete ya a la calle, ya limpiaremos el polvo cuando vaya a venir tu madre". Cuando, a pesar de la insistencia de mi madre para que volviese a casa cuando el reloj daba las 12, los abuelos no miraban el reloj. Cuando mi abuelo iba "donde las gallinas" a por para un gorrión para jugar... "Torta mató a Paula, Paula mató a tres, tres mataron a cinco, y cinco mataron a tres. Tiré al que vi, mate al que no vi, comí carne no nacida, asada con palabras del espíritu santo, y bebí agua de una pila que no estaba en el cielo ni en el suelo". Historias de "torrendillos", las patatas del asado de Jadraque, los 7 cabritillos, el recién casado que cada día estaba más flaco... las he oído 1000 veces y todavía siguen haciéndome gracia con su voz.
Esa complicidad sólo puede tenerse con un abuelo. Haz lo que quieras que yo no digo ni mú.


He tenido la inmensísima suerte de ser la nieta mayor de unos abuelos jóvenes, y sigo teniendo la suerte, a mis 28 años, de tener a todos mis abuelos. He tenido la suerte de disfrutar de ellos y que ellos disfruten de mi, de aprender de ellos y con ellos, de reírme a carcajadas, jugar, comer, ver los toros y Mira Quién Baila, de sentir esa complicidad del enemigo común....

viernes, 24 de octubre de 2008

A la porra con el Halloween

A veces me ocurren cosas que me hacen pensar ¿en qué mundo vivo?, ¿seré un bicho raro? Llegadas estas fechas, en mi oficina se vuelve costumbre preguntar "Y tú, ¿qué vas a hacer en Halloween?". Mi respuesta a veces peca de impertinente: "¿Es que hay que hacer algo?".

Qué lástima... un pueblo (este de Madrid) que ha perdido todas sus tradiciones, que no conserva ni una sola fiesta popular, que en lugar de hacer lo posible por recuperarlas, adopta las que no son suyas, tomándolas como si lo fuesen. Desaparecidas por imposición del Ayuntamiento de Madrid las fiestas del Dos de Mayo, abandonadas a su suerte las de San Isidro, a día de hoy los festejos más arraigados de la ciudad son los desfiles del ejército y las manifestaciones más variopintas.

¿Es que no hay aquí folklore, fiestas y celebraciones suficientes, que es preciso adoptar las americanas?. Si te gusta disfrazarte... ¿por qué hacerlo en octubre y no en febrero?. Me encanta ver cómo en Andalucía los jóvenes participan activamente en la Semana Santa, cómo los valencianos viven con emoción sus Fallas, por no hablar de los vascos, que merecen mi total admiración en lo que se refiere a mantener vivas y recuperar tradiciones.

Yo por mi parte seguiré disfrazándome en Carnaval, comiendo puches en los Santos y lo mismo hasta me animo y me como un mollete el Jueves Lardero.

martes, 14 de octubre de 2008

Medidor de indignidad de empleos

Medidor de indignidad de empleos

El señor Gallardón se ha decidido, en solitario, a acabar con la precariedad laboral en Madrid., prohibiendo el reparto de publicidad en la calle y los hombres-anuncio Sí, señor. Ya era hora de que alguien se preocupase de la calidad de vida y la salud en el trabajo. Menos mal que, aunque no lo hagan los sindicatos, está usted aquí para librarnos de tanto mal.

Imagino yo que ahora, después de los hombres-anuncio y los repartidores de publicidad, vendrán muchos más:

- Aquellos que trabajan sin contrato.
- Los que cobran, por imposición, la mayor parte de su sueldo en "B".
- Los "currelas" que aguantan calor en verano y frío en invierno.
- Los teleoperadores que no pueden levantarse de su silla ni para ir al baño.
- Los dependientes del Carrefour, que hasta los fines de semana tienen que trabajar a horas intempestivas.
- Los que día a día sufren acoso en el trabajo.
- Los maestros, presionados por sus alumnos.
- Etc.
- Etc.
- Etc.

Una vez cumplidos los objetivos de esta cruzada contra los trabajos indignos, abusivos y denigrantes... ¿será suficiente con los sueldos de los ministros, concejales, directores generales y pilotos de aviación para pagarnos a todos el paro?

lunes, 29 de septiembre de 2008

Si yo voy en bici al trabajo...

Hoy, 20 Minutos publica una entrevista a un diputado del PP por Canarias, Guillermo Mariscal, que presume de ir cada día al Congreso en bici.

Mi más sincera enhorabuena, don Guillermo, es usted todo un afortunado.

Dice el amigo, muy acertado él, que "si un diputado va en bici al trabajo, cualquier persona puede hacerlo". Y, pienso yo: "¡tócate los h...!". Es como si le digo a mi abuelo, con sus 90 años: "Si yo puedo estar 3 días seguidos de fiesta, ¿por qué no vas a poder tú?". Vamos, que al leerlo, de buena mañana, montada en el tren, 2 horas antes de mi hora de entrar a trabajar, me he acordado de toda su parentela.

Y digo yo: la frase "si un diputado puede, puede cualquiera" ¿la diría pensando "si yo, que soy guay, voy en bici, por qué no va a ir un currela?". Quiero pensar que el razonamiento viene por motivos de seguridad.

Señor Mariscal, le recuerdo que, según recientes estudios de distintos sindicatos, el tiempo y la distancia al trabajo crecen cada vez más, y que la media en tiempo para llegar al trabajo en Madrid está en 50 minutos. ¿Podría usted decirme por qué carril bici podría ir, por ejemlo, mi amiga María, que vive en Aluche y trabaja en Alcobendas, o mi compañero Vicente, que vive en Fuenlabrada y trabaja en Aravaca, o yo misma, que tengo 50 kilómetros de distancia de casa al trabajo?.

Baje de la nube... pero con cuidado, no vaya a hacerse daño, y recuerde que no todo el mundo vive a 6 paradas de metro de su trabajo, ni todo el mundo entra a trabajar a las 10 de la maÑana (daría gusto verle pedaleando a las 5, cuando muchos "ponen las calles") ni todo el mundo tiene un despacho donde dejar su bici.

No obstante, que le aproveche el paseo...

domingo, 28 de septiembre de 2008

El patio de mi cárcel

Un nuevo título... esta vez de una directora novel, Belén Macías, sobre un grupo de mujeres que, durante la organización de un grupo de teatro dentro de una cárcel, hacen partícipe al espectador de los avatares y hazañas de sus vidas dentro y fuera de la cárcel.

Presentada en el reciente Festival de Cine de San Sebastián como la primera cinta española dentro de la Sección Oficial de esta edición, El patio de mi cárcel tiene la peculiaridad de que gran parte de sus escenas han sido rodadas en la cinéfila Cárcel Provincial de Guadalajara.

Una película más para el historial de este edificio para el que, si no me equivoco, se sigue buscando utilidad. A mi se me ocurren muchas.