Ayer fueron condenados, en la Audiencia Nacional de Madrid, Jaume Roura y Enric Stern, por la quema de fotos del rey que tuvo lugar hace meses en Girona, en protesta por la visita de los monarcas a la ciudad.
El fiscal había pedido 15 años de prisión para ambos, y el juez les condeno a 2.730 euros de multa, considerándolos "coautores de un delito de injurias graves contra la Corona". El juez, en un arranque evangelizador, afirmo que "pueden tener las ideas que quieran, pero no pueden atacar a las instituciones básicas del Estado". ¡Acabáramos!. Ahora entiendo todo... En lo que se refiere al no electo, estamos igual que hace 40 años: cada uno que piense lo que quiera (mientras nadie pueda leerme el pensamiento, al menos), pero con la boquita cerrada.
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